miércoles, 3 de agosto de 2011

UN POEMA EN PROSA DE MIGUEL ARNAS



Esperanza, lanza de ilusos. Lanza lanzada y lanza que hiere. Arrojamos esperanza sobre los demás como los defensores arrojaban aceite hirviendo. Nos dejamos herir por ella como el náufrago se dejaría herir por el clavo. La gran embustera. Vector del tiempo, añorando un futuro que aún no fue. Pasmo ante la sañuda muerte, repugnante traicionera y asesina de omnia speranza. Sólo una esperanza conocí buena: era una chica de senos maternales y acogedor regazo, toda escucha sonriente. Esa es reducción mas no por ello menos certera. Esperanza. Lasciate. Con los zapatos camino hacia un futuro incierto, sabiendo o temiendo que todo vendrá a peor. Aunque a lo mejor. No sé. Sí sé que allí, en la flecha del vector, me aguarda la muerte. Paso a paso en las bifurcaciones porque tal vez la libertad fue la peor maldición. Balaam. Y sin embargo elijo, paso a paso me encamino, negándome una de las opciones. Paso a paso con mis zapatos.

Miguel Arnas

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