viernes, 29 de julio de 2011

CAMA



En una cama espero
que se vuelva edén el vacío
de una noche sin brillo.
En la misma cama en que nací tantas veces,
y a la que regreso a nacer cada día
enterrando las horas resecas.

Me abrazo a la cama como quien se envuelve
en una hiedra de espuma
y al instante noto en el ojo
una emigración hacia el limbo de las cosas raras,
un misterio que tiene
el aire de una muerte fingida.

Pero antes,
antes de que todo sea silencio,
sepulcro del minuto que se abrasa,
aún me queda tiempo para pensar en ella,
como pienso en Marilyn volando desde una cama,
y juego a resucitarla de blanco y rubio
y a perder los besos por debajo de su falda.

Caen los párpados y en el último aliento
buceo bajo los olores revueltos entre las sábanas,
y la encuentro,
feliz la encuentro flotando en el cansancio que respira,
y ahí se callan todos los pájaros de la jornada.


Juan José Mendoza

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