Equipo El Pajar |
En el equipo El Pajar de Angelines nos surgió el
debate sobre el valor real de los objetos artísticos. Partiendo de que el arte,
despojado del valor de mercado y reducido a simple objeto, no tiene un valor
material importante, decidimos devaluar el objeto artístico a su mínima
expresión por medio de la deconstrucción y posterior reconstrucción de la pieza
que ocupa la acción denominada Con las
manos en la musa. Así pues, procedimos a dejar caer a la figurilla de
marmolina (la musa) desde una altura de dos metros sobre una superficie de
hormigón con el fin de reducirla a lo que hoy se entendería por una pieza rota.
Nuestra sociedad de
consumo devalúa los objetos que se rompen o fraccionan –bien por accidente, o
bien por terceras causas- hasta el punto en que la mayor parte de las piezas
que se fracturan acaban en el contenedor de reciclaje. Huelga preguntarse por
el valor económico de la pieza-objeto de la seriación fotográfica, una vez
dividida en más de veinte fragmentos. El proceso culminó con la reconstrucción
total de la figurilla, ensamblando todos los fragmentos hasta devolverla a un
estado, digamos, parecido al original. Todo el proceso de ensamblaje fue
registrado fotográficamente para constatar que nuestra intervención era real y
que tenía el fin ulterior de devolver la pieza a la circulación para que el
resto de los artistas realizaran sus intervenciones con total normalidad. Así
pues, la figura que conocemos con el nombre familiar de Jacinta –hemos de suponer que este nombre proviene de la célebre
canción “Villatripa” de Javier Krahe- ha continuado su periplo como modelo
fotográfico después de haber sido devaluada a la apariencia de desecho
material, y reconstruida en su forma original.
Partiendo de la base de
que el objeto en sí no tiene el menor valor artístico –tal vez por eso nos
planteamos una intervención de carácter violento- la cuestión del arte se eleva
aquí a la intervención en sí y al registro fotográfico de la misma. La
creatividad en nuestro caso no se circunscribe al tratamiento estético del
objeto (Jacinta) sino al reto que
suponía el hecho en romper para luego reconstruir, como metáfora de lo que se
debería entender en nuestra sociedad de consumo, donde todos los objetos –y en
ocasiones, las obras de arte- parecen condenados a la dinámica consabida de
usar y tirar. El objetivo del equipo El
Pajar de Angelines ha sido, por tanto, transgredir esa dinámica y poner en
circulación la pieza en que se centra la acción Con las manos en la musa, para que otros artistas lancen sus
propuestas.
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