viernes, 2 de noviembre de 2012

DECONSTRUCCIÓN DEL OBJETO ARTÍSTICO

Equipo El Pajar

En el equipo El Pajar de Angelines nos surgió el debate sobre el valor real de los objetos artísticos. Partiendo de que el arte, despojado del valor de mercado y reducido a simple objeto, no tiene un valor material importante, decidimos devaluar el objeto artístico a su mínima expresión por medio de la deconstrucción y posterior reconstrucción de la pieza que ocupa la acción denominada Con las manos en la musa. Así pues, procedimos a dejar caer a la figurilla de marmolina (la musa) desde una altura de dos metros sobre una superficie de hormigón con el fin de reducirla a lo que hoy se entendería por una pieza rota.


Nuestra sociedad de consumo devalúa los objetos que se rompen o fraccionan –bien por accidente, o bien por terceras causas- hasta el punto en que la mayor parte de las piezas que se fracturan acaban en el contenedor de reciclaje. Huelga preguntarse por el valor económico de la pieza-objeto de la seriación fotográfica, una vez dividida en más de veinte fragmentos. El proceso culminó con la reconstrucción total de la figurilla, ensamblando todos los fragmentos hasta devolverla a un estado, digamos, parecido al original. Todo el proceso de ensamblaje fue registrado fotográficamente para constatar que nuestra intervención era real y que tenía el fin ulterior de devolver la pieza a la circulación para que el resto de los artistas realizaran sus intervenciones con total normalidad. Así pues, la figura que conocemos con el nombre familiar de Jacinta –hemos de suponer que este nombre proviene de la célebre canción “Villatripa” de Javier Krahe- ha continuado su periplo como modelo fotográfico después de haber sido devaluada a la apariencia de desecho material, y reconstruida en su forma original.
Partiendo de la base de que el objeto en sí no tiene el menor valor artístico –tal vez por eso nos planteamos una intervención de carácter violento- la cuestión del arte se eleva aquí a la intervención en sí y al registro fotográfico de la misma. La creatividad en nuestro caso no se circunscribe al tratamiento estético del objeto (Jacinta) sino al reto que suponía el hecho en romper para luego reconstruir, como metáfora de lo que se debería entender en nuestra sociedad de consumo, donde todos los objetos –y en ocasiones, las obras de arte- parecen condenados a la dinámica consabida de usar y tirar. El objetivo del equipo El Pajar de Angelines ha sido, por tanto, transgredir esa dinámica y poner en circulación la pieza en que se centra la acción Con las manos en la musa, para que otros artistas lancen sus propuestas.


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