Foto: Palma Amorós
EN HOMENAJE A LAS DAFNES DE NUESTRA ERA
Googleando encontramos el mito de Apolo y Dafne.
Sátiros de erecciones perpetuas que se esfuerzan en perseguir a las mujeres en
contra de lo que ellas desean y seres femeninos que mantienen relaciones con
hombres y mujeres a voluntad y completamente fuera del dominio masculino. Dafne
es una ninfa, no Afrodita ni Venus del brezo o del mirto, ni venus dormida.Su
contemplación o encuentro produce enmudecimiento, enamoramiento, locura. Estas
diosas menores asociadas a un accidente
geográfico o lugar concreto nunca mueren de viejas o de enfermedad y pueden
engendrar de los dioses hijos inmortales o vigilar amablemente el destino de
los mortales.
Antes de la era de internet, Ovidio y Garcilaso,
Lorca, cantaron la independencia de la mujer. La que odia el amor y,
especialmente, el de Apolo. Hija de la Tierra y del Río. Ella rechaza tus
besos. Tus cabellos, tu lira y tu aljaba se adornarán de laureles pero no será
tuya. Sus hojas permanecerán siempre verdes. Amante exclusiva de las montañas
lejanas a las ciudades, la preferida de Artemisa. Habrán de vestirse de mujer
para poder acercársele. Antes laurel que tuya. Aquel que fue la causa de tal
daño, a fuerza que llorar, crecer hacía el árbol que con lágrimas regaba. ¡Oh laurel
divino, de alma inaccesible, siempre silencioso, lleno de nobleza! ¡Vierte en
mis oídos tu historia divina, tu sabiduría profunda y sincera!
Palma Amorós
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario