miércoles, 27 de julio de 2011
MATEMÁTICA
Matemática y letradamente
llevo aquí veintiún años.
He venido a aprender cosas
-porque no sé nada-.
Quiero desentrañar los entrañables acertijos
de este lugar luminoso y traicionero,
perderme en medio de su falaz mansedumbre
y esquivar raudo sus furiosos arreones
de alaridos silentes, de dagas de seda;
asumir mi condición de antagonista agónico,
de escritor de palabras ausentes,
de pensamiento volado hacia el olvido…
Y de este modo,
amar la vida
a veces.
He venido a aprender cosas,
aunque me las vayas a arrebatar cuando quieras,
y devolverme así mi traje de papel en blanco,
como a todos tus hijastros,
a los que nos ofreces tu amor de madre,
tu odio sangrante, tu carcajada terrorífica
y tu fiel desesperanza.
He venido a aprender cosas,
para luego olvidarlas, para que te las quedes tú
y las llenes de polvo en algún desván perdido,
custodiado por tu vanidad, tu egoísmo
y tu posesividad.
Estamos en tus manos,
evitando resbalar…
Y te encanta.
He venido a aprender cosas,
aprovechando la incertidumbre, la fragilidad,
el escaso misterio, el tiempo incierto
y la libertad enjaulada que me has regalado
con todo tu sarcasmo acumulado y repetido.
Gracias por dejarme aprender cosas
-porque no sé nada-,
escribir una historia que nadie leerá,
convertirla en mi pequeño secreto,
en mi sutil maraña de líneas tintadas…
Lástima que seas tú quien tenga que ponerle
el puto y final.
Mariano Rupérez
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