El autor del poema y su familia. Foto: Patri Díez |
Salomónica es la decisión que otros han tomado,
con su justicia los han partido en dos mitades
ya que solo estaba la madre que mentía.
Una maleta rueda sobre el asfalto.
Huyen de la amenaza de la espada,
la sombra disminuye pero vagan sin destino
porque el destino es el origen.
El sonido de la maleta es tenue; está cansada,
sus ruedas tiemblan.
-Perdona maleta; no es un viaje de ocio,
sigue guardando nuestros recuerdos.
Caras inexpresivas, interrogaciones, media sonrisa,
futuro incierto y borroso.
Detrás, un sol de invierno tiembla su alegría.
El autor del poema y su familia. Foto Patri Díez |
Un sonido de tren y una botella de agua que gotea y moja la ropa
saciando la angustia
sin saber cuánto es del agua caída y cuánto de la lluvia.
Allí, en la costa, una calima densa
y algunas luces de linternas;
un niño con camisa roja es el único que ha llegado.
Son algunos jazmines de Damasco
que vuelan como el polen con el viento.
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