domingo, 14 de octubre de 2012

LA TRAPECISTA




Tengo un hijo azul y una hija de piedra. Él es un niño de agua y ella un resplandor del desierto. Desde muy pequeña a mi hija le gustaba  disfrutar con sus acciones improbables, soñar que podía con el destino. Las imaginabareales junto asu hermano rampante. Ella volandopor el pasillo, él ausente y dividido.

Tengo una hija  equilibrista de color vainilla. Hace tiempo que decidió vivir en las alturas. Desde el trapecio observa ahora como se van evaporando aquellas señales y los laberintos del mundo. Un balanceo más y ellatambiénseráinvisible.



Juan Carlos de Sancho

No hay comentarios:

Publicar un comentario